«Lo importante de una web de empresa no es la web en sí, es lo que la empresa quiere hacer con ella»

Llevo tiempo queriendo escribir sobre esto. Muuuchas veces nos preguntan si nosotros hacemos páginas web. Y mi respuesta casi siempre es la misma: «nosotros no hacemos páginas web, hacemos proyectos web» Imaginaos la cara con la que nos miran,… y lo que deben pensar.

Y es que este tema es realmente decisivo para cualquier empresa de consultoría (o asesoría) en marketing. Os voy a contar una historia real. Hace unos años me encuentro a una amiga de la facultad, y de toda la vida, y me dice «Soriano, hemos aprovechado una subvención y hemos hecho una página web de la empresa». La empresa de mi amiga es una empresa que produce un producto local y que se vende tanto para los clientes locales en Ibiza y Formentera, sobre todo, como para los turistas que nos visitan. Si no os importa, no os doy más datos, pero podría ser una empresa, por ejemplo, de sobrasada, mermeladas, hierbas, sal, o cualquier otro producto similar.

Mi respuesta fue: «qué bien, ¡enhorabuena!, y… ¿para que queréis la web en tu empresa?» Entonces ella me miró como si yo estuviera un poco «desajustado» y me dijo, «ostras, pues para lo que existen las webs. Para estar en internet, vender online, etc. Hemos puesto un carrito de la compra, se puede pagar con tarjeta, tenemos un catálogo de producto, está en tres idiomas…» Vamos, la típica web que, si no es con una subvención, seguro que no hubieran pagado lo que cuesta.

¿Dónde está el fallo? Pues muy fácil. Recuerdo que, durante los tres o cuatro años siguientes les puse este ejemplo a mis alumn@s en la universidad de cómo no hay que empezar un proyecto web, y, por desgracia, no me equivoqué. Unos años más tarde, la web ya no existía… Los clientes locales de esta empresa están perfectamente atendidos en los puntos de venta locales, porque la empresa tiene una red de distribución excelente. Es un producto que no compras por internet de manera aislada (una mermelada, una sobrasada, unas hierbas, un vino, un café o un chocolate van en la cesta de la compra del súper o híper.) Para vender a los turistas, necesitas una estrategia de promoción. ¿Cuántos turistas van a comprar tu producto cuando hayan llegado a Alemania? ¿Justifica esa pequeña cantidad el tener una web con esas características? NO, así de simple

El problema aquí es, por un lado, que se ha dado el salto a internet sin pensar qué puede hacer internet por mi empresa y, sobre todo, en qué va a mejorar la vida de mis clientes el hecho de que mi empresa  en internet.

Y aquí radica la gran diferencia entre que te hagan o te diseñen (que es más guay) una web para tu empresa, o te hagan un proyecto web para tu empresa.

En el caso de esta empresa, les hicieron una web sin preguntarse…

• ¿Quiénes son mis clientes?
• ¿Qué puede aportar a mis clientes que yo tenga una web?
• ¿Si monto una tienda, estaré preparado para servir los pedidos? ¿Cuántos al día?
• ¿Quiero vender solo al cliente local o quiero llegar a los turistas? ¿Cómo me conocerán? ¿Tiene sentido?
• Y un laaargo etcétera.

Y esta es la gran diferencia entre que te hagan una web, aunque sea profesional (por ejemplo un informático o un diseñador gráfico, con todo mi cariño y respeto) o que te hagan un proyecto web, desde una empresa especializada en estrategia y marketing. Porque una web es una herramienta de comunicación, no una herramienta tecnológica, es una herramienta de venta, no una combinación chula de colores,  es una herramienta de posicionamiento para transmitir bien quién eres y qué haces, no una plataforma para poner tu logotipo nuevo, es una herramienta para captar nuevos clientes, y da igual si detrás hay joomla, wp, magento, drupal, woocommerce, prestashop, etc. etc., porque todo eso al cliente final no le importa.

El salto a internet: el control del proceso

Para acabar, quiero comentaros otro error que se comete con mucha frecuencia. Es un error fruto del desconocimiento, pero suele tener consecuencias graves o muy graves.

Os lo ilustro con otro ejemplo. A principios del siglo XXI, con el boom de internet, un elevado número de empresas decidieron, con buen criterio, dar el salto a internet. En Baleares, fueron cientos los hoteles, hostales, apartamentos turísticos, campings, y otros alojamientos que se «hicieron páginas web».  ¿Cómo? En muchos casos, con el informático que le llevaba el programa de gestión de la empresa (PMS se llaman en el sector), ya que, claro, la web tendrá que ver con la informática, no?, pues eso, el informático que nos haga la web.

El informático le preguntaba al hotel sobre los contenidos, el esquema de la web, etc. y, el empresario, por ejemplo, el hotelero, delegaba totalmente en la empresa informática, le pasaba un CD o pendrive con las fotos, y para los textos, un folleto explicativo del hotel. He hecho este experimento varias veces y un alto número de webs de estas características no llegan a 400 palabras de texto (para que os hagáis una idea, sólo esta entrada del blog tiene más de mil palabras). Conociendo cómo se las gasta el Sr. Google, que lo que más le gusta del mundo son las palabras y el buen contenido encontramos la respuesta al por qué todas estas webs no aparecen nunca en los buscadores cuando alguien busca servicios que ellas ofrecen… Un porcentaje muy alto de empresas del sector declaran tener unos resultados muy por debajo de lo esperado en ventas directas online, es decir, a través de sus webs, y lo que es peor, como la web no me funciono, no invierto en ella, y nos encontramos ejemplos de buenos hoteles con webs que no les hacen justicia.

No quiero pecar de simplificación, ya que es cierto que, en el sector turístico hay operadores importantes con grandes presupuestos de marketing, pero es evidente que hacer webs con tan poca «chicha» no ayuda en nada. Pero es verdad que dejar la presencia de tu empresa en internet en manos de empresas que no están especializadas suele ser una mala o muy mala decisión, y más en estos momentos en los que todos llevamos un móvil con internet encima.

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